Todas las criaturas crecen y decaen, retornando a las
fuentes;
Pasan de la lujuriosa exuberancia a las magras raíces.
Este regreso a las raíces es el llamado estado de
quietud constante
Al conocimiento de esta constante, se le denomina
sabiduría
La ignorancia de esta constante conduce al infortunio
El Sabio tiene la mente abierta; la mente abierta,
abre el corazón;
el corazón abierto, es leal; el leal atiende a lo divino;
El que atiende a lo divino, se identifica con el Tao;
el que mora en el Tao, es eterno:
a pesar de que su cuerpo muere, Tao subsiste.
Las almas de las personas en su origen están vacías y
tranquilas
Pero, de alguna manera siempre se enceguecen con
deseos egoístas.
Como resultado, no se puede ver las cosas con claridad
y las acciones pierden su constancia.
Por eso, debemos tratar de volver a un estado de vacío
y tranquilidad.
De esta forma podemos ser testigos del florecimiento
de todas las cosas…
Y ver los ciclos recurrentes del proceso natural.
Las cosas son innumerables y diversas y,
eventualmente, cada una retorna a su fuente.
Eso se llama “tranquilidad” y también “constancia”.
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